Nada más agradable que enfilar senderos y caminos y luego reconfortarnos a la vera de una chimenea en un restaurante, ¿verdad? Aunque es posible que la velada caminante no la rematemos delante de un plato humeante (menudo pareado terminado en ante), y prefiramos volvernos a casa o hacernos un picnic, lo que es indudable es que para caminar necesitamos de un calzado cómodo y caliente. Pues bien, resulta que en nuestra tienda de zapatos somos expertos en esta materia, así que ya tenemos nuestra propuesta para los senderistas. Por lo tanto, no despeguéis los ojos de los modelos que siguen.
Como la primera parte fue muy buena, la segunda aún mejor. Al menos eso es lo que deben pensar los padres fundadores de la tecnología Adaptaction de Callaghan, que ahora presentan Adaptaction II. Pies abrigados y paseos de primera gracias a estas botas de forro de piel y talón acolchado a las que es imposible meter en un brete del que no salgan airosas.
La marca Geox también sabe cómo mitigar los fríos con estilo y he aquí que nos ofrece no uno, sino dos modelos de zapatos para hacer crujir la hojarasca otoñal bajo nuestros pies. Ambas botas reúnen la tecnología Amphibiox que garantizan que los pies, cuales pañales Dodot, se mantengan siempre secos. Yes, impermeables a los diluvios.
Por su parte, Ecco, que no puede permanecer mano sobre mano mientras las demás marcas trabajan en la causa del pie aventurero, se marca un tanto con estos zapatos con membrana goretex de color negro y piso de goma extremadamente resistente.
Y para clausurar nuestra apuesta por el calzado para caminantes, nos vais a permitir que os aconsejemos una ruta por nuestro amado y umbroso Cebreiro. Una montaña que marca el comienzo de Galicia para los peregrinos del Camino de Santiago que enfilan el camino francés, y que, aunque vuestra meta no sea la tumba del Santo ni Finisterre, no podéis desdeñar si os gustan los paisajes mágicos.
Esta etapa acaba en Samos, pero siempre os podéis apear en donde os plazca como el Hospital de la Condesa y allí optar por un menú gallego para reconfortar el cuerpo (y el espíritu).
Más de uno sentirá la tentación de preguntar si la vaca que se está comiendo estaba hace un rato paciendo por el prado de enfrente...
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